Existe aún en el mundo una
comunidad que practica una lengua muy similar a la nuestra, que compone
canciones provenientes de nuestra tradición castellana medieval, que utiliza
instrumentos de entonces, que ha construido muchos de los edificios que vemos
hoy en día en nuestras ciudades, y de la cual no se oye hablar tanto como a mi
parecer se debiera, dado lo curioso del fenómeno desde, al menos, una
perspectiva lingüística hispana. La comunidad sefardí mantiene en la actualidad
una envergadura de dos millones de personas aproximadamente. Los últimos judíos
que fueron expulsados por los cristianos de la península ibérica lo hicieron en
el año 1492, si bien desde en inicio de la reconquista, habían venido viviendo
un proceso progresivo de aislamiento en las juderías creadas en todas las
ciudades principales. Hay ciudades españolas que aún hoy en día siguen muy
arraigadas a la herencia andalusí, y esto se percibe desde los detalles más
absurdos como el uso de la mención de la época para dar publicidad a los
productos de los comercios, hasta la presentación de pequeños homenajes o
recuerdos de las distintas tradiciones de los judíos andalusíes en los centros
culturales y distintas estancias públicas de estas ciudades. Este es el caso de
la exposición que encontré en el día de hoy en el Centro cultural San Marcos de
Toledo sobre música y festividades sefardíes. Esta exposición presenta un buen
número de instrumentos típicos que los judíos utilizaban en su producción
musical andalusí. Los castellanos de la época le deben a la comunidad sefardí
el enriquecimiento de la música de la época, gracias a la fusión de la
tradición amorosa castellana con instrumentos en su mayoría de origen
árabe,como el laúd o el Kanun, mencionado por primera vez en los cuentos de las
Mil y una noches. La gran mayoría de los instrumentos de esta exposición
pertenecen a Turquía, Grecia, Marruecos y Siria. La mayoría de ellos son
instrumentos nuevos, que el comisario de la exposición, Paco Díez, ha traído
desde aquellos lugares donde la comunidad sefardí ha arraigado desde que fue
expulsada de la Península Ibérica. Después de este momento, una gran parte de
esta comunidad partió hacia el Imperio otomano, donde fue recibida con los
brazos abiertos por el sultán de la época Bayecid II, que según aparece
ilustrado en un cuadro de Mevlut Akyıldız, dijo lo siguiente sobre los judíos
expulsados: Gönderenler kaybeder, ben kazanırım
«Aquellos que les mandan pierden, yo gano». A raíz de la Primera Guerra
Mundial, y del sentimiento nacionalista griego, la comunidad de Salónica, de
una herencia tan fuerte que en el siglo XIX sus calles recibían nombres de
ciudades españolas como Palma o Kal Aragon, acabó por desaparecer, gran parte
de ello también debido a las muertes en el Holocausto de casi un 80% de esta
comunidad. Las otras comunidades más potentes estaban establecidas en Safed,
Estambul y Esmirna. La de Estambul siguió existiendo después de la Primera
Guerra Mundial, gracias al establecimiento de la República turca de Attatürk, e
incluso se benefició de la declaración de estado laico dejando atrás su
condición de dhimmí. La comunidad de Safed proliferó al encontrarse dentro del
actual Israel, lugar donde han ido evolucionando de forma muy avanzada el
reconocimiento de la lengua y la cultura sefardíes, gracias a la creación por
parte del antiguo presidente israelí Isaac Navon del órgano de protección y
desarrollo de la cultura sefardí, la Autoridad Nasionala del Ladino, que
publica su propia revista en lengua sefardí: Aki Yerushalayim, en la que
participan dos de los organizadores de esta exposición: el comisario Paco Díez
y el propio director de la revista Moshe Shaul. La exposición, además de
incluir una colección de instrumentos de tradición sefardí, tiene un apartado
sobre ropas de la época, que se centra en destacar la cultura del bordado, y un
conjunto de paneles que asocian la práctica de los preceptos judíos más
importantes como el Shabat, las fiestas, el matrimonio, la muerte, o la
alimentación, con canciones sefardíes que se entonaban en relación con dichas
prácticas. Voy a poner el ejemplo de una canción sobre el guiso de las
berenjenas en el ámbito de la alimentación típica de la comunidad:
Siete modos de guisados se guisa
la merenjena:
la primera que la guisa es la
vava de Elena,
ya la hace bocadicos y la mete`n
una cena,
esta comida la llaman: comida de
merenjena.
Como enlaces interesantes adjunto
el de un artículo de la revista Aki Yerushalayim de Moshe Shaul, una canción
sefardí por el músico Paco Díez comisario de la exposición, y algunas fotos que
me han parecido curiosas sobre la propia exposición.
http://www.youtube.com/watch?v=p4boEL18M7w música Paco Díez
http://www.aki-yerushalayim.co.il/ay/092/092_02_lasinagoa.htm artículo en ladino de Moshe Shaul
Genial, esta es la idea... Cómo se titula la exposición? Hasta cuándo está? Quizá pueda interesarnos también para clase! Hay algún folleto o librito que pudieras llevar para informarnos? Me gustaría encontrar un poco más de elaboración propia, saber qué te ha gustado más, y por qué. Hay una cantidad de información enorme, especialmente nombres propios: sería muy útil saber de dónde la has sacado...
ResponderEliminarMuchas gracias, tengo el folleto de la exposición, acaba el 23 de abril. Es el Centro Cultural San Marcos de Toledo. Pedí información sobre estadísticas sefardíes y lugares de emigración tras la expulsión a un profesor conocedor de ello del departamento de hebreo, y me condujo a las siguientes fuentes: Encyclopaedia Judaica, y http://en.wikipedia.org/wiki/Sephardi_Jews, que está muy bien porque el tema de los sefardíes en la actualidad no tiene mucha bibliografía en cuestiones de demografía. De la página oficial de la Autoridad Nasionala del Ladino (link arriba) he cogido datos referentes a la persona de Moshe Sahul y de Paco Díez, el primero el director de Aki Yerusalayim y el segundo musicólogo y experto en instrumentos y música sefardíes en todo el mundo. Ampliaré el documento con mi opinión personal, muchas gracias.
ResponderEliminarGracias por la información. No soy ningún experto en música sefardí, aunque supongo que debe ser música en dialecto judeo-español o ladino. Recuerdo haber entrado alguna vez en la web http://www.casadesefarad.es/entrada.html , con motivo de la asignatura de Cábala que estoy cursando y haber escuchado canciones sefardíes de las que comentas, aunque no sé porque han desactivado la música y han puesto la página "en construcción" (hace dos meses se oía y la página estaba activa). Las canciones judeo-españolas son graciosas, aunque algunas son un poco "verdes", es decir que pecan contra sus 6º y 9º mandamientos, pero como no soy judío me da igual eso.
ResponderEliminarComo te digo, no soy experto en música sefardí, aunque tengo cierto interés por la música judía oriental, mucha de esta música la copian de otros países y la adaptan al suyo, y en otros casos, las llevan a otros países en "ferias" y las hacen pasar por villancicos castos y puros, cuando en su origen tenían otra letra, como en este caso:
http://www.youtube.com/watch?v=_rxROly7H4k
jajaja, gracias por el enlace, muy representativo del fenómeno que acabas de explicar. La verdad es que el ladino es alucinante, sobre todo por su antigüedad y la dificultad de condiciones para que sobreviva. En unos días voy a subir una entrada sobre una entrevista a un judío sefardí aquí en Túnez, que habla ladino, y que tiene un restaurante de comida sefardí, con comida que no tiene nada que envidiarle a la que vemos en muchos de nuestros restaurantes más típicos¡tengo pendiente comer allí y hablar con él!a mí es un tema que me gusta mucho, pero es verdad que en el ámbito musical, las melodías están muy bien, aunque bastante influidas por la música y los instrumentos árabes, pero las letras me resultan un poco aburridas, quitando lo interesante de que la lengua siga viva también en el ámbito musical.
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